Muchos dicen que no hay que hacer leña del árbol caído. Esta es una buena metáfora aplicada a las personas en desgracia, pero en la literalidad de la frase es un absurdo. Si estoy en medio de un bosque durante una noche fría y veo un árbol caído, por supuesto que voy a aprovechar sus ramas ya secas para usar como leña en una buena fogata, con todas las precauciones del caso para no provocar un incendio forestal. No me voy a poner a hachar un árbol en toda su plenitud. En fin, no me quiero perder. Estábamos con la leña y el árbol caído en referencia a las personas en caída libre. Esta persona en desgracia a la que me quiero referir no es otro más que el Jefe de Gobierno Porteño, el ingeniero Mauricio Macri. Algunos me acusarán de reiterativo, obsesivo, monotemático. Está bien, confieso que me cae muy mal por el lugar que ocupa y por el que quiere ocupar, además de lo que representa: avidez, racismo, desprecio. Por si esto fuera poco, las estrategias que le dictan para posicionarse en la política son tan obscenas que resultan irrespetuosas.
La semana pasada salió con los seis puntos para rejuntar a la oposición. Los grillitos aturdieron. Lo que pocos advirtieron es que esos seis puntos proponían un acuerdo para establecer políticas de estado. ¡Macri hablando de políticas de estado! ¿Puede creerse tamaña desfachatez? Si para él y lo que representa el Estado sólo sirve para garantizar el empacho económico al que aspira y contener a la negrada para que no moleste.
El último martes estuvo en el programa de TN “Palabras más, palabras menos”. En su puesta en escena declaró que los datos de la economía indican que estamos peor que nunca, con déficit fiscal, con crecimiento negativo, con mayor pobreza y todo esto, por supuesto, sin aportar un solo dato. Después de todo esto, lo increíble: ¡elogió a Néstor Kirchner! En serio. Macri dijo que durante la presidencia de Kirchner estábamos mejor que ahora. Cualquiera que esté más o menos informado con fuentes confiables sabe que eso no es verdad. Además, el año pasado decía que había que “tirar a Kirchner por la ventana porque no lo aguantamos más”. ¿Ahora habla bien de él? Sí, señores. Eso es estrategia. Barata, pero estrategia al fin. Hoy debe derrotar a Cristina y para eso elogia a Néstor, tal vez para conquistar a algún salame que se haya conmovido con la muerte de Néstor pero tenga dudas sobre Cristina. Aunque parezca mentira, los zapallos abundan. Sobre todo en la clase media, que es media en todo: medio revolucionaria pero medio conservadora, medio solidaria pero medio racista, medio progre medio facho, medio rica medio pobre. Somos la gata Flora de la sociedad y nos cruzamos de vereda ante la promesa de un rayito de sol y nos volvemos a cruzar si pasa una nubecita o el rayito nos da mucho calor.
Y lo de la leña del árbol caído, ¿dónde quedó? Ah, sí. Que con esas propuestas políticas, con esa visión tan sectaria de la sociedad, con esa angurria tan desaforada e indisimulada, con esta estrategia tan obtusa, Macri es un tronco antes de caer, es leña antes de ser semilla.
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