La
lluvia, más que épica, aportó obsesión a la marcha opositora. Sus ofuscados
asistentes necesitan creer en cualquier falacia para pedir la renuncia de CFK. Hasta son capaces de contener sus más
venenosos dicterios y coronar como héroes a personajes que deberían estar fuera
de juego con tal de que Ella se vaya de una vez y para siempre. “La marcha de los paraguas” –como
pretenden que sea recordada- no escapa a la lógica de los cacerolazos
anteriores: buenos vecinos con el ánimo recalentado por mentiras instaladas desde
los medios de comunicación y avaladas por políticos opositores que no
encuentran la vuelta para conquistar la alternancia. Para que estas
convocatorias sean efectivas se requiere la
creación de un mito que justifique los prejuicios de los individuos
participantes. La verdad no importa ni sirve para descargar sus odios. Una
vez más una minoría marchó pese a todo para manifestar el desprecio hacia las decisiones de la mayoría.
Porque
a pesar del impacto visual de esos miles de paraguas poblando las anchas
avenidas de la Capital, no dejan de ser
una minoría. Si nos adentramos en los números, notaremos que detrás de este aparente triunfo se esconde
un auspicioso fracaso. Según multiplicaron
los agentes de la Metropolitana, respondieron al reclamo-homenaje unas 400 mil
almas con sus respectivos cuerpos. O a
lo mejor contaron unas y otros por separado. Los datos de la Federal
también exageran, aunque en sentido inverso: unas 60 mil personas. Ni tanto ni
tan poco. Promediemos en 250 mil, para ser salomónicos. Que casi todos los
medios, más todos los periodistas y políticos de la oposición, más los restos
parlantes de Mirtha hayan convocado a esa cantidad es casi un fiasco en una ciudad de casi tres millones de habitantes.
Menos del nueve por ciento de la
población se sintió motivado a ser Nisman
por unas horas.
Además,
en las ciudades más importantes del país la movilización fue casi
insignificante, con un bajo porcentaje de caceroleros silenciosos en relación
con la población de cada lugar. Como siempre, estas expresiones protestonas tienen un mayor impacto en la CABA,
Capital Nacional de la Disconformidad y la Manipulación. Y si abusamos de
nuestra maldad, podemos dividir a los marchantes paragüeros por la cantidad de
candidatos a la presidencia que se sumaron y el impacto numérico será menor.
Un silencio poco saludable
Lo
que seguirá inspirando innumerables análisis –algunos luminosos y otros
oscurecidos- es la decisión de marchar en silencio. Desde sus inicios, esta
marcha se pensó para reclamar Justicia. Cuando
quedó en evidencia el absurdo de que un
grupo de fiscales exija eso, el homenaje apareció como el mejor disfraz, aunque
ya había terminado el carnaval. Sin dudas, la ausencia de sonido tenía como
objetivo atenuar la vocinglería
protestona característica de estos rituales catárticos. En nuestra
historia, el silencio pobló las marchas cuando había una víctima del poder.
Hasta ahora, en lodenisman no hay
nada de eso. Todos los datos recogidos por la fiscalía descartan con seguridad
la comisión de un delito. Ni un solo
elemento sugiere la posibilidad de un homicidio. Si Nisman fue una víctima,
habría que buscar a sus victimarios entre todos
los que lo presionaron para presentarse en el Congreso el lunes 19 de enero.
El
silencio fue necesario para tapar toda
la hipocresía que dio origen a la marcha. Sus motivaciones se basaban en
groseras falsedades guionadas por los medios hegemónicos, recitadas por los
eternos candidatos y los oscuros convocantes para aportar cierta validez. Sin silencio, las verdaderas intenciones de
esta expresión callejera hubieran quedado expuestas en toda su crudeza.
Así, calladitos, hasta parecían democráticos
y todo. Aunque algunos micrófonos captaron esas tonterías sobre la dictadura,
el autoritarismo, las enfermedades mentales y demás deslegitimaciones que
vienen con firma incluida.
Eso
sí, la libertad de expresión de ninguna manera está en riesgo. Los que llenan
metros en los diarios y minutos de TV y radio denunciando una inexistente
dictadura saben que en una dictadura de verdad no podrían decir nada. En una
dictadura, Clarín y toda su troupe no
podrían actuar con la libertad con que operan para destituir al gobierno. En
los años oscuros, muchos de ellos estaban muy aliados con los gobernantes de
entonces y tapaban todas sus atrocidades. Esos que hablan de dictadura,
prometen silenciar las voces kirchneristas cuando sean gobierno. El silencio es su máscara, pero también su
herramienta.
El
silencio es ideal para la siesta o para jugar al ajedrez. Uno es amo de sus
silencios y esclavo de sus palabras. Pero también dicen que el que calla,
otorga. El silencio puede ser muestra de
sabiduría, pero también de ignorancia. De impotencia, de humillación. Hay
silencios que no pueden interrumpirse con palabras y palabras que hay que
escuchar en silencio. También existen
silencios que ocultan lo que no se debe decir. Silencio ante lo bello o
ante lo horroroso. En fin, hay tantas formas de comprender el silencio que
podríamos estar horas hablando en torno a él.
Tal vez sea por eso que la política se
defina más por la palabra que por el silencio. La política en silencio se convierte en su contrario: la
no-política. Esto lo aprendimos en los últimos tiempos, que no se puede actuar en política negando la
política. Por eso los no-políticos apelan a generalidades como el diálogo,
el consenso, la normalidad, la ancha avenida, la unión. Palabras vacías que saben a silencio. Conceptos huecos que no
significan nada, promesas hueras con adornos paradisíacos. Cuando no recitan estos formulismos, recurren al silencio porque no
pueden decir más. Entonces, para evitar los contrastes, intentan silenciar
a los demás. No en vano muestran su irritación ante la Cadena Nacional o el
programa 678.
Uno
de los grandes logros del kirchnerismo ha sido precisamente la instalación de la Idea como motor de toda transformación.
La idea no como un lema marketinero sino como un espacio en pugna, con contexto y con historia. Y con eso rompió
el mito de la sociedad armónica, donde la
mayoría soportaba la miseria mientras una minoría gozaba hasta la exageración;
donde la pobreza se presentaba como una
epidemia inevitable y no como el resultado de la voracidad de unos pocos;
donde la desigualdad era la regla y la crisis, una constante. La palabra pone
en evidencia que en toda sociedad los
conflictos son necesarios para transformar el estado de las cosas.
La
palabra es explicación y ésta es lo que mejor maneja CFK en sus discursos. Lástima que algunos se nieguen a escucharla
en serio y se queden con el compendio que presentan los manipuladores de siempre.
Unas horas antes del cacerolazo silencioso, La Presidenta estuvo en Lima,
provincia de Buenos Aires, para elevar a la máxima potencia el reactor nuclear
de Atucha II. También habló, para
desesperación de unos pocos. “Les
pido que abran bien los ojos –advirtió-
no estoy hablando de conspiraciones, es
un mundo de intereses que quieren que unos estén subordinados y los otros
mandar, y se enfrentan con gobiernos
como éste que no permiten que nadie le marque la cancha”. Por eso a la
tarde, en medio de la lluvia, algunos optaron por el silencio y otros, más
exaltados, gritaban bajo sus paraguas “Argentina
sin Cristina” o, con menos sutileza “Cristina
andate”. Quien quiera entender, que entienda. Todo está tan claro que es imposible confundirse.
Todo está más q claro Gus ! Clarísimo,y no sé si x ignorancia,necedad,o simplemente "hijaputez",siguen Odiando,insultando,agraviando ya q no tienen un solo Argumento q sustente tanta Locura... Los "Marchadores Silenciosos" (parte d ellos al menos)rompieron el móvil d la Tv pública (luego son los 1ros en cuestionar q se hace con Ntra plata,la del Estado (?),insultaron al cronista de 678,y al del Noti d Tv Púb...En fin,kieren pintarnos Un Triunfo? En las redes lo celebraron con "escatológicos insultos",mostrando su "Intolerancia" a la máxima potencia (m ligué mucho d éso ayer)
ResponderBorrarComo dijo hoy Gabriela Cerruti,y como también lo expresás vos acá,en tu artículo :" Si TODA la OPOSICIÓN REJUNTADA,más TODA la OPERACIÓN MEDIÁTICA DOMINANTE,logró esta Patética Marcha con Paraguas Abultadores incluídos... " Estemos tranquilos,porq está claro q la Verdad se Revelará en las HURNAS !!!
Como Siempre Excelente lo q escribís,para ser entendido x Todas y Todos :)
Gracias Ale. Hay que ser optimistas. Si recurren a los jueces es porque con sus candidatos no llegan ni a la esquina. Llenemos la Plaza el 1 de marzo y ahí se darán cuenta cuántos somos
BorrarMuchas gracias, Gustavo, por tu serena labor de esclarecimiento en estas agitadas horas en que se debe amasar el fulbo y no perder la cabeza.
ResponderBorrarPablo López
Al ver los reportajes a los concurrentes de la marcha no lo podia creer , una sra que empieza diciendo que Nisman era como hijo y termino diciebndo que si era mas joven se lo queria voltar , un boludo con un cartel que decia " Procer a Nisman lo vivimos a San Martin lo leimos , alguien que hablaba del pan y del vino inintendible ...testigos inventados , No fundamentos politicas , no propuestas de futuro , solo el yegua asesina ???? y el Yo soy Nisman que me dejanb pensando sino sera conciente , que son Nisman por que son corruptos , ansian los 15 minutos de fama a cualquier precio , y son colocnizados culturales que se brindan a servir a cualquier Nacion extanjera .... perdon a cualquiera no a la del Norte
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