Mientras
la mayoría de los miembros del Senado cumplía su función en el Congreso
debatiendo las reformas propuestas por el Ejecutivo sobre Inteligencia, la oposición payaseaba ante las cámaras con
lodenisman. Ellos encontraron su razón
de ser en la muerte del fiscal y por allí vagabundean, entre las prácticas carroñeras y el oposicionismo patológico. Como
el guión les exige ser opositores, ya incluyeron en sus plataformas de campaña
la derogación de cuanta ley se haya aprobado en estos años. Algo nunca visto eso de anular aquello que
no se conoce. Un servilismo humillante que los pone de rodillas ante las luminarias de un estudio televisivo.
Una renuncia a gobernar desde el lugar en que los ha puesto la ciudadanía. Una
extraña valoración de las instituciones democráticas que los posiciona más como actores que como representantes. Entre la
bulla que practican a diario, denuncian presiones cuando son los que más
presionan; claman por la independencia de los poderes cuando son los más dependientes de uno de los peores poderes;
exigen claridad cuando son los que más confunden.
El
afiche de De la Sota es apenas una muestra –quizá la más extrema- del
oportunismo más vil y la ignorancia más sorprendente. Desubicado, extemporáneo,
incomprensible. Irrespetuoso con el pasado y con el presente. La consecuencia previsible de esta nueva
tendencia de ser cualquier cosa menos lo que se es. Una construcción
oracional muy utilizada para expresar una identificación circunstancial con nulo
compromiso. Una fórmula efectiva para los
que no tienen nada para decir, pero se ven obligados por la coyuntura a
decir algo.
Como
los que ordenan la agenda de los medios hegemónicos están empecinados en que
sólo se hable de lodenisman, reprochan a toda hora el mutismo de La
Presidenta respecto al tema. Su última Cadena Nacional no fue la excepción.
Ya lo sabemos: en cuanto pronuncie alguna palabra referida a la muerte del
fiscal, saldrán a vociferar sobre
presiones a la Justicia y demás sandeces de catálogo. Sí se refirió a la
marcha y los dejó descolocados. CFK ofreció a los militantes otra de sus
memorables frases: “nos quedamos con el
canto, con la alegría, a ellos les
dejamos el silencio. Siempre les gustó el silencio; ¿saben por qué?, porque no tienen nada que decir o porque no
pueden decir lo que piensan”.
La
memoria hace presente la atroz frase que utilizó la Dictadura como parte de una
campaña para reducir los ruidos urbanos: “el
silencio es salud”. Más allá de sus saludables
propósitos, quedó como un emblema del
autoritarismo de aquellos tiempos oscuros. Unos años después del retorno a
la democracia, durante el primer gobierno del Infame Riojano, el asesinato de
una adolescente en Catamarca, María Soledad Morales, convirtió el silencio en una
forma de lucha. El silencio de los desplazados, de los humillados, de los
de abajo. Ese silencio derrocó un poder anquilosado en la gobernación de esa
provincia. Desde entonces, el silencio
se convirtió en una herramienta eficaz para canalizar los reclamos puntuales de
los más débiles. El 18F no tiene nada que ver con esto: el silencio que
promete la comparsa de los fiscales,
los oportunistas que se pegotean y los descarriados con inhibidores acústicos
en sus cacerolas expresará los propósitos
impronunciables de los que más poder tienen.
Un paseo por la hipocresía
Por
eso la frase de La Presidenta no debe interpretarse como un intento de censura,
aunque muchos lo intentaron. En realidad, toma la forma de un desafío.
Cristina invita a todos los que convocan a la marcha opositora del 18F
disfrazada de prístinos propósitos a que digan por qué marchan, a que expresen claramente qué proyecto de
justicia desean para el futuro del país. Y no sólo de justicia sino de
economía. Pero el silencio es su mejor propuesta porque cuando hablan, terminan embarrados. Y después de carnaval
estarán “en el mismo lodo, todos manoseados”.
No hay inocencia ni buenas intenciones en
ese cacerolazo del silencio ni habrá buena fe en los que concurran.
Como
tampoco hay buena fe en las despiadadas críticas a los acuerdos con la
República Popular de China. Los mismos que aplaudían los planes del FMI en los
noventa, los que reclamaban inversiones hasta hace dos semanas, los que
hicieron campaña a favor de los fondos buitre, hoy demonizan los tratados con China y se calzan la celeste y blanca
para defender la soberanía. ¿No son demasiado hipócritas? ¿No habría que poner freno a estos intentos
tan reiterados de estafar a la sociedad?
Cristina
deschavó a Techint por hablar en representación de todos los industriales y
hacerse eco de las mentiras de los medios hegemónicos. Y hasta aconsejó a los chinos que revean la decisión de otorgar el crédito para la
construcción de la represa hidroeléctrica El Tambolar. “Cuesta entender que cuando se va a ser beneficiario de algo, se escupa
el asado”, destacó. Para que se entienda, Techint y Clarín están asociados en AEA -empecinados opositores al
Gobierno Nacional- y destinan todos sus esfuerzos a la erradicación del kirchnerismo. Desde
esta alianza, se pueden entender todos los conflictos pasados y presentes y
con esta comprensión, podremos desarticular todos los que vengan. Lodenisman no es el heroísmo de un
fiscal en defensa de los intereses de la Patria sino un episodio más de esta
contienda. Nisman fue una pieza que debía
ser sacrificada para ganar esta partida de ajedrez. Por lo tanto, si su
muerte fue un homicidio, como tratan de instalar, hay que mirar para ese lado si se quiere encontrar a los culpables.
Y los cuestionamientos a los tratados con China son otra pieza más. Quien
piense que estos personajes están preocupados por los intereses del país no está utilizando el órgano pertinente
para arribar a sus conclusiones.
Tampoco
hay una intención de transparencia en sus constantes denuncias de corrupción,
sino sus blancos serían más diversos.
Y sus fuentes, más confiables. Hay que ser muy caído del catre para suponer que la ATFA –el grupo de tareas de los
fondos buitres- está alarmada por la calidad moral de los funcionarios
argentinos. No, sólo quieren embaucarnos y encuentran en los medios hegemónicos a sus
incondicionales aliados. Ni tampoco quieren una Justicia más justa cuando
pregonan sobre la independencia del Poder Judicial.
Siempre
es conveniente reiterarlo: cuando hablamos de Clarín no estamos hablando de un
periódico barrial sino de la oficina de
prensa de los grupos económicos más concentrados y destructivos de nuestro país;
no mencionamos a un grupo de periodistas que desea ejercer su libertad de
expresión sino a un ejército de
manipuladores que modelan un discurso enloquecedor; no señalamos a una
entidad de bien público sino a una mafia
capaz de pisotear la democracia en pos de concretar sus descomunales intereses.
¿Acaso
el grupo mediático más importante del país puede dar lecciones de ética y
republicanismo, cuando creció en alianza
con la dictadura y aún no ha rendido cuentas ante la justicia por delitos de
lesa humanidad; cuando no cumple con las leyes votadas en el Congreso; cuando fuga divisas y evade fortunas;
cuando tiene jueces y fiscales cómplices a los que usa como escudo de sus
privilegios; cuando condiciona a
políticos de la oposición para que bailen al ritmo de sus pretensiones a
cambio de unos minutos de fama?
Una
de las cosas más importantes que hemos aprendido en estos años de kirchnerismo
es que no podemos convivir más con
semejante monstruosidad. Si queremos un país libre, soberano y equitativo
tendremos que deshacernos de estas bestias
de una vez y para siempre. De lo contrario, siempre estaremos expuestos a caer en sus nefastas trampas y a
desandar el camino que tanto nos ha costado descubrir para extraviarnos en los escabrosos laberintos que nos han conducido a la
ruina.
impecable lucidez
ResponderBorrarMuchas gracias por el elogio expresado con tan precisa síntesis. Abrazo
BorrarGenial Gustavo !!! Y me quedo con ése Título q no puede ser Más Descriptivo :"Un Silencio que Aturde " < Contundente :)
ResponderBorraren el Obelisco, ya para 1974, ppios del 75 había un círculo con el cartel "El silencio es salud" (atribuido a Lopez rega y mandado a poner por la Municipalidad de la ciudad)
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