Los
libelos que contribuyeron a que el país
se aventure en el laberinto amarillo, siguen como si nada. Para las
elecciones, alimentaron la confusión del público cautivo y ahora tratan de distraer, engañar y silenciar
para mantener un consenso menguante.
Pero no sólo en el barrio cometen
estragos informativos: los medios hegemónicos europeos –ingenuos o
malintencionados- basan sus análisis en
los manipuladores vernáculos y el resultado es un berenjenal transoceánico.
Como lo han hecho antes para demonizar al gobierno de Cristina, lo hacen ahora para encumbrar a Macri como
un Gran Mandatario. Todo en sintonía con los elogios de las instituciones
de crédito internacional y de la élite empresarial global. Sin embargo, un
grupo de profesores e investigadores de distintas universidades del viejo
continente se unieron virtualmente para expresar
el horror provocado por las primeras medidas del presidente del cambio.
Estos
intelectuales desparramados en distintos países, conformaron el colectivo Observatorio
Argentino y, en su documento
fundacional, advierten que “en menos de
dos meses, el gobierno de Macri ha impulsado uno de los mayores retrocesos en materia de derechos humanos en
Argentina desde el fin del régimen militar en 1983”. Además, expresaron
“la sensación de que la prensa europea
repite de manera totalmente acrítica el relato macrista”. Como en todo
comienzo de una acción que se prolongará en el tiempo, estos notables se
presentan: “somos académicos especializados desde hace décadas en la historia y cultura
de la Argentina. Estamos apesadumbrados. Enojados. Alarmados. Mientras
escribimos estas líneas la policía reprime con balas de goma a chicos pobres.
Entraron a una villa miseria en Buenos Aires donde se preparaba el ensayo de
una murga para Carnaval. Les dispararon
a mansalva. Sin una razón. Sin un porqué. Para diseminar el terror”.
Aunque
estos académicos ya se conocían por encontrarse en congresos e intercambiar publicaciones,
dos hechos los convocaron en estos días: la
ilegal prisión que padece la dirigente social Milagro Sala y las declaraciones
de Darío Lopérfido respecto al número de los desparecidos. A partir de
entonces, desde Holanda, Suiza, Bélgica, Suecia, Reino Unido, Italia, Austria,
Alemania y Francia se juntaron
virtualmente para elaborar este primer documento titulado “La
revolución de las balas de goma: la Argentina de Macri”.
Quizá
por eso, Joaquín Morales Solá, desde TN y La Nación, dos medios que han denostado hasta el absurdo a Sala y
cualquier forma de organización horizontal, comenzó a cuestionar en estos
días su detención sin causa. Él y todos los que durante años alentaron el
hambre de las bestias, ahora se
horrorizan ante el deleite con que los mandatarios mastican a sus víctimas.
Así, cualquier pueblo enloquece.
El camino a la independencia
No
hay que asombrarse, si lo han hecho siempre: desde sus titulares y editoriales piden a los gritos que se tome una
medida y, cuando esta medida se concreta, comienzan a destilar sus críticas.
El juego es así: primero, cuestionan los subsidios a los servicios como
despilfarro del Estado; cuando se toma la decisión de quitarlos, aconsejan a
los usuarios como ahorrar energía en el hogar; finalmente, elaboran dramáticas notas sobre cómo las nuevas tarifas afectan la vida
cotidiana. Así lo hacen con todo, con un gataflorismo crónico que sirve para condicionar a los mandatarios y mantener el humor del público a merced
de sus antidemocráticas presiones.
Otro
ejemplo: durante años han operado a favor de los fondos buitre. Desde sus
páginas, los presentan como honrados financistas que ayudaron al país en
momentos difíciles y que han sido traicionados en 2002, cuando Adolfo Rodríguez
Saá, presidente por unos días, declaró el default. Sin embargo, los más encarnizados litigantes, compraron
los bonos en 2008 a precio vil, cuando ya estaba en marcha el canje de
deuda, sólo para especular por vía judicial. Ellos no nos ayudaron y quieren obtener a nuestra costa una ganancia
que supera el 1000 por ciento de lo invertido. Cuando se produjo el
conflicto con la Fragata Libertad en Ghana, hasta promovieron una colecta para saldar los pocos miles de
millones de dólares. Desde entonces, esa
suma se multiplicó y se seguirá multiplicando mientras continúe el consenso de su
atroz negocio.
Ahora
alientan –y casi celebran- la posibilidad del acuerdo que se está estudiando en
el despacho del Juez Imperial Thomas Griesa y a la vez, cada día aparecen más holdouts –tenedores de bonos que no aceptaron
el canje- que brotan como hongos ante la
posibilidad de cobrar una mayor tajada. Con esta propuesta, el gobierno
amarillo está deslegitimando lo acordado
con el 93 por ciento de nuestros acreedores para satisfacer a un 7 por ciento de angurrientos. Y eso no saldrá
gratis porque esa mayoría que aceptó nuestras condiciones puede demandar un trato similar al de los especuladores. Cualquier
acuerdo con los buitres que no esté dentro del canje que establece nuestra ley
nos pone a las puertas del peor de los tormentos: volver al endeudamiento monstruoso que nos ha empantanado durante décadas.
Y
todo gracias a esos titulares que, dentro de unos meses, estarán denunciando la crisis social que provoca satisfacer los pagos
de una deuda que, nuevamente, será impagable. De una vez por todas, debemos
romper las cadenas que nos atan a estos
medios que, lejos de cumplir un rol informativo, construyen un sentido común que nos embrutece. No sólo nosotros,
como ciudadanos, sino nuestros representantes. Diputados y senadores deben ser
los encargados de proteger las leyes y los intereses mayoritarios y evaluar los riesgos de congraciarse con ese
mundo de especulación, estafa, angurria y depredación.
En
pocos meses celebraremos el bicentenario de la Declaración de Independencia.
Ahora que la corona española no es una amenaza, deberíamos considerar otras formas de dependencia. Trascendente
sería que el 9 de julio de 2016 sea recordado como el día que comenzó otra
historia en el camino hacia la plena autonomía: la de un pueblo que comienza a cerrar sus oídos a los cantos de sirena
de esas voces hegemónicas para
escuchar las mejores canciones que nos conduzcan al destino glorioso que nos
merecemos.
Por que escribis mitad en negrita?
ResponderBorrarLa negrita se usa para resaltar lo que se desea enfatizar y poner de relieve, como dice el autor. Felicitaciones Gustavo Rosa por usar todos los recursos literarios para que la gente comprenda y asimile major lo escrito.
BorrarEn negrita pongo algunas partes destacadas. No es exactamente la mitad. Un recurso gráfico
ResponderBorrarMuy buena descripción de la situación actual,literal y literariamente comprensible hasta para el más "amarillo" de nosotros.... Gracias por compartir!
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