miércoles, 10 de febrero de 2016

La barbarie trasciende las fronteras



Los libelos que contribuyeron a que el país se aventure en el laberinto amarillo, siguen como si nada. Para las elecciones, alimentaron la confusión del público cautivo y ahora tratan de distraer, engañar y silenciar para mantener un consenso menguante. Pero no sólo en el barrio cometen estragos informativos: los medios hegemónicos europeos –ingenuos o malintencionados- basan sus análisis en los manipuladores vernáculos y el resultado es un berenjenal transoceánico. Como lo han hecho antes para demonizar al gobierno de Cristina, lo hacen ahora para encumbrar a Macri como un Gran Mandatario. Todo en sintonía con los elogios de las instituciones de crédito internacional y de la élite empresarial global. Sin embargo, un grupo de profesores e investigadores de distintas universidades del viejo continente se unieron virtualmente para expresar el horror provocado por las primeras medidas del presidente del cambio.
Estos intelectuales desparramados en distintos países, conformaron el colectivo Observatorio Argentino y, en su documento fundacional, advierten que “en menos de dos meses, el gobierno de Macri ha impulsado uno de los mayores retrocesos en materia de derechos humanos en Argentina desde el fin del régimen militar en 1983. Además, expresaron “la sensación de que la prensa europea repite de manera totalmente acrítica el relato macrista”. Como en todo comienzo de una acción que se prolongará en el tiempo, estos notables se presentan: “somos académicos especializados desde hace décadas en la historia y cultura de la Argentina. Estamos apesadumbrados. Enojados. Alarmados. Mientras escribimos estas líneas la policía reprime con balas de goma a chicos pobres. Entraron a una villa miseria en Buenos Aires donde se preparaba el ensayo de una murga para Carnaval. Les dispararon a mansalva. Sin una razón. Sin un porqué. Para diseminar el terror”.
Aunque estos académicos ya se conocían por encontrarse en congresos e intercambiar publicaciones, dos hechos los convocaron en estos días: la ilegal prisión que padece la dirigente social Milagro Sala y las declaraciones de Darío Lopérfido respecto al número de los desparecidos. A partir de entonces, desde Holanda, Suiza, Bélgica, Suecia, Reino Unido, Italia, Austria, Alemania y Francia se juntaron virtualmente para elaborar este primer documento titulado “La revolución de las balas de goma: la Argentina de Macri”.
Quizá por eso, Joaquín Morales Solá, desde TN y La Nación, dos medios que han denostado hasta el absurdo a Sala y cualquier forma de organización horizontal, comenzó a cuestionar en estos días su detención sin causa. Él y todos los que durante años alentaron el hambre de las bestias, ahora se horrorizan ante el deleite con que los mandatarios mastican a sus víctimas. Así, cualquier pueblo enloquece.
El camino a la independencia
No hay que asombrarse, si lo han hecho siempre: desde sus titulares y editoriales piden a los gritos que se tome una medida y, cuando esta medida se concreta, comienzan a destilar sus críticas. El juego es así: primero, cuestionan los subsidios a los servicios como despilfarro del Estado; cuando se toma la decisión de quitarlos, aconsejan a los usuarios como ahorrar energía en el hogar; finalmente, elaboran dramáticas notas sobre cómo las nuevas tarifas afectan la vida cotidiana. Así lo hacen con todo, con un gataflorismo crónico que sirve para condicionar a los mandatarios y mantener el humor del público a merced de sus antidemocráticas presiones.
Otro ejemplo: durante años han operado a favor de los fondos buitre. Desde sus páginas, los presentan como honrados financistas que ayudaron al país en momentos difíciles y que han sido traicionados en 2002, cuando Adolfo Rodríguez Saá, presidente por unos días, declaró el default. Sin embargo, los más encarnizados litigantes, compraron los bonos en 2008 a precio vil, cuando ya estaba en marcha el canje de deuda, sólo para especular por vía judicial. Ellos no nos ayudaron y quieren obtener a nuestra costa una ganancia que supera el 1000 por ciento de lo invertido. Cuando se produjo el conflicto con la Fragata Libertad en Ghana, hasta promovieron una colecta para saldar los pocos miles de millones de dólares. Desde entonces, esa suma se multiplicó y se seguirá multiplicando mientras continúe el consenso de su atroz negocio.
Ahora alientan –y casi celebran- la posibilidad del acuerdo que se está estudiando en el despacho del Juez Imperial Thomas Griesa y a la vez, cada día aparecen más holdouts –tenedores de bonos que no aceptaron el canje- que brotan como hongos ante la posibilidad de cobrar una mayor tajada. Con esta propuesta, el gobierno amarillo está deslegitimando lo acordado con el 93 por ciento de nuestros acreedores para satisfacer a un 7 por ciento de angurrientos. Y eso no saldrá gratis porque esa mayoría que aceptó nuestras condiciones puede demandar un trato similar al de los especuladores. Cualquier acuerdo con los buitres que no esté dentro del canje que establece nuestra ley nos pone a las puertas del peor de los tormentos: volver al endeudamiento monstruoso que nos ha empantanado durante décadas.
Y todo gracias a esos titulares que, dentro de unos meses, estarán denunciando la crisis social que provoca satisfacer los pagos de una deuda que, nuevamente, será impagable. De una vez por todas, debemos romper las cadenas que nos atan a estos medios que, lejos de cumplir un rol informativo, construyen un sentido común que nos embrutece. No sólo nosotros, como ciudadanos, sino nuestros representantes. Diputados y senadores deben ser los encargados de proteger las leyes y los intereses mayoritarios y evaluar los riesgos de congraciarse con ese mundo de especulación, estafa, angurria y depredación.
En pocos meses celebraremos el bicentenario de la Declaración de Independencia. Ahora que la corona española no es una amenaza, deberíamos considerar otras formas de dependencia. Trascendente sería que el 9 de julio de 2016 sea recordado como el día que comenzó otra historia en el camino hacia la plena autonomía: la de un pueblo que comienza a cerrar sus oídos a los cantos de sirena de esas voces hegemónicas para escuchar las mejores canciones que nos conduzcan al destino glorioso que nos merecemos.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. La negrita se usa para resaltar lo que se desea enfatizar y poner de relieve, como dice el autor. Felicitaciones Gustavo Rosa por usar todos los recursos literarios para que la gente comprenda y asimile major lo escrito.

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  2. En negrita pongo algunas partes destacadas. No es exactamente la mitad. Un recurso gráfico

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  3. Muy buena descripción de la situación actual,literal y literariamente comprensible hasta para el más "amarillo" de nosotros.... Gracias por compartir!

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