El video de Macri
en las puertas del supermercado Coto circuló por las redes para inspirar miles de chistes e interpretaciones.
Necesitado de humanidad para la foto, el
empresidente manoteó al primer pibe
que tuvo a su alcance. Pero la reacción del infante no fue la esperada y
dejó en ridículo al ex alcalde. En ridículo y algo más, porque no era cualquier
nene el que se resistía al usufructo de Macri, sino el nieto de Alfredo Coto. “Yo
te conozco”, parecía clamar el purrete mientras se alejaba de las garras
del prepotente mandatario para cobijarse en las faldas de su abuela, autora de declaraciones muy poco
humanitarias. Un bluf más, junto a la patada o la tarima: chicos que resisten ser sometidos al
marketing. ¡Qué diferencia con aquellos tiempos en que nenes de 4 años suplicaban por ver a Cristina en la vida
real o saltaban de alegría o besaban
la pantalla ante sus discursos en TV!
No es para menos.
Además de tomar medidas antipáticas y perjudiciales, Macri no apasiona. Está bien, ganó el balotaje pero no tanto por su
encanto sino por encarnar un desencuentro absoluto con la década K.
Más contra que pro. Y ayudado por los
medios hegemónicos que alimentaron la
hoguera de los prejuicios que arde en muchos corazones. El resultado es
éste: un deterioro de nuestra vida en todos sus aspectos, mientras el verano
avanza, implacable, hacia su impredecible final; un saqueo despiadado, un
escamoteo feroz de nuestro bienestar. Y
todo para satisfacer la inagotable angurria de un manojo de avaros.
En más de 70 días
de gobierno, ni una medida para los
sectores más postergados, salvo los míseros 400 pesos o el insignificante
porcentaje de incremento para jubilaciones o asignaciones. Para los
privilegiados, todo; para los más necesitados, un par de gotitas que se evaporan camino al supermercado. El modelo
del derrame en su más miserable versión. Mientras la carga impositiva se
elimina o disminuye para los exportadores, los
despidos de los empleados públicos y privados se multiplican. A la vez que
se eliminan los cupos para exportar, nutrir
nuestra mesa cotiza en bolsa. Si el empresidente y sus ministros
incrementan sus salarios en un 30 por
ciento, tratan de fijar en 20 o 25 el
porcentual de aumento para los asalariados. Encima, con una inflación no
sólo promovida por la inclemente pulsión acumulativa de los formadores de
precios, sino también por las iniciativas de manual del Gran Equipo.
Para que el
cinismo se transforme en burla, Alfredo Coto, dueño de la cadena de
supermercados más importante del país, declara
su inocencia en los alucinantes números que alejan los productos básicos de
nuestras billeteras. Para colmo, Macri anunció que tendremos que gastar
menos, ahorrar mucho y soportar tres o
cuatro años este flagelo si queremos alcanzar una inflación anual de un
dígito. No es un deja vù, sino la versión
4G de una promesa tantas veces escuchada, la que nos hacían los innumerables
ministros que solicitaban sacrificios patrióticos, ajustes de cinturón o pasar el invierno para poder arribar a un paraíso cada vez más lejano.
Interrogantes que sugieren respuestas
Siempre es
necesario aclarar que nada de todo esto era imprescindible para mejorar las cosas.
Lo de la pesada herencia es uno de los versos más efectivos escritos hasta
ahora, pero con fecha de vencimiento más cercana de lo que el establishment
piensa. Si las arcas del Estado estaban vaciadas, ¿por qué el gobierno renunció a la recaudación de los agrogarcas? Si el despilfarro era
tanto, ¿por qué se doblegan ante los picotazos de los buitres con tanta
docilidad? Si quieren bajar la inflación, ¿por
qué desmantelaron los mecanismos para controlar la formación de precios? Si
prometieron cuidarnos a todos con mucho amor, ¿por qué nos someten a un
sacrifico que nos llevará, sin dudas, a
una situación peor a la que estábamos? ¿Están desorientados o nos están
engañando?
Claro que la
respuesta correcta es la segunda. La
única manera en que el Poder Real accede al control absoluto es por la fuerza o
por el engaño. La falacia principal es que lo hacen por el bien del país.
Mentira: sólo piensan en sí mismos y en abultar lo más posible las cifras de
sus cuentas bancarias, a costa de asolar
todo a su alrededor. ¿O alguno todavía piensa que las diatribas hacia el
gobierno anterior tenían como objetivo combatir la pobreza y la corrupción?
Ellos, los integrantes del Círculo Rojo, que
son los más corruptos de todos. ¿O acaso no es evidente que todas las
críticas hacia el Fútbol para Todos no tenían otro objetivo más que lograr que el negocio vuelva a manos
privadas?
Después de miles
de notas destinadas a revelar cuánto gastaba el Gobierno de Cristina para
garantizar el acceso gratuito a todos los partidos, ahora que está casi privatizado, guardan un sospechoso silencio.
Privatizado en su explotación comercial, pero
sigue estatizado en su financiamiento. Macri decidió ceder los derechos de
difusión de los principales encuentros a El Trece, Telefé y América por la ínfima suma de 45 millones de pesos,
contra los 881 millones que el Estado abona a la AFA por la televisación. Un
millón de pesos por partido, con una ganancia de 15 mil pesos el segundo comercializado, descontando impuestos,
gastos y promociones. Una renta de casi un millón de pesos el minuto que
garantizamos entre todos. Además, con la posibilidad de restringir el acceso en el resto del país y por internet. No nos
asombremos si dentro de poco tiempo nos encontramos con finales codificadas y goles incautados. ¿No es más grave esto que
tolerar la difusión de los actos de gobierno o la promoción del programa 678? ¿Cuánto más tiene que pasar para que los
votantes del cambio se sientan estafados?
Y los que se
dicen oposición, ¿no advierten que
avanzamos hacia la desigualdad social, económica y cultural de la que habíamos
comenzado a salir? ¿O van a esperar a que el estiércol nos llegue al
cuello? ¿O serán sólo los kirchneristas los únicos destinados a defendernos, como lo han hecho siempre? Con seguridad,
lo que viene no será mejor de lo que abandonamos, sino mucho peor. Sólo nuestra capacidad de organización
podrá torcer el camino hacia el abismo al que la gestión amarilla nos está
conduciendo.
Qué se puede agregar a lo claramente descripto de nuestra cruel realidad. a mí como president me importaría tres carajos que los numerous cerraran, mientras mi pueblo comiera, se vistiera, y tuviera lo necesario para vivr, crecxer y dsarrollarse. ¿O acaso los Estados Unidos de Norte Am+erica tiene sus cuentas en orden? Tienen el mayor deficit fiscal del planeta. Y así y todo su pueblo pasa hambre y necesidades. porque su deficit es product de la fabricación de armas de destrucción masiva. Acá el deficit se agrandó para darle de comer y educación al pueblo. ¡¡¡ Qué diferencia !!! ¿¿NO??
ResponderBorrarExcelente nota sobre el infierno desatado x el*empresidente*(c/dice Gustavo) y su *mafianete*,tipos q siempre tuvieron el *poder económico*y lograron el politico gracias a personas *malinformadas*.Escucho a seudoperiodistas muchos d ellos en *intragables* decir q los medios no influyeron en las elecciones,si q lo hicieron, consulté con vs personas sobre su decisión d votar el MACRICIDIO(incluyendo parientes)y la respuesta fue la misma....no escuchás los noticieros vos?informate xq la inseguridad,corrupción e inflación era insoportable!La primera reacción q siempre tengo y me contengo es mandarlos a LPM.D cualquier manera no creo q estos tipos duren todo el mandato,las medidas q tomaron hará q sus mismos votantes...los boten,y bueno nosotros colaboraremos..
ResponderBorrarExcelente, vamos hacia una hiperinflacion con perdida de poder adquisitivo,de empleos y de futuro.Parece que los pueblos si se suicidan.Soy mimi de glew.
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