viernes, 26 de febrero de 2016

Una telenovela que tapa el bosque



En pocos días, Macri encabezará el inicio del año parlamentario y allí delineará su plan de gobierno. Además de burlarnos un poco por la duración del discurso, su pronunciación paposa o la manera escolar como lee, podremos apreciar qué es lo que quiere hacer con nuestro querido país. Seguramente, dedicará gran parte del tiempo a desarrollar el mito de la pesada herencia, que le servirá de excusa para pedir apoyo en sus planes de ajuste. En los minutos restantes, recitará algunas de sus más celebradas promesas de campaña, como la pobreza cero, unir al país y cuidarnos a todos. Esto es pura especulación, pues no ha trascendido ningún borrador. Tal vez un pronóstico, que es un anticipo del futuro a partir de datos del pasado. De ninguna manera puede pensarse como una hipótesis, que necesita algunos datos preliminares que la sustenten. Aunque en estos días el fiscal Ricardo Saenz haya usado ese concepto para arrojar un titular sobre la muerte de Nisman, lo suyo no es una hipótesis, sino una vergüenza. No sólo por el lugar que ocupa en la aplicación de justicia, sino por la insistencia en una excusa que alimentó la campaña del que hoy ocupa La Rosada.
Durante más de un año han insistido con que Nisman fue asesinado a pesar de que la escena no aportó ni una mísera pista en ese sentido. Más deseo que certeza. Si la jueza Fabiana Palmaghini ha afirmado muchas veces que no hay evidencias que puedan sugerir el homicidio, ¿por qué insiste con semejante patraña? El operador-fiscal Saenz omite todas las pruebas científicas recogidas en el departamento y sólo se basa en que Patricia Bullrich y Laura Alonso afirmaron que estaba de buen humor y entusiasmado en los días previos a presentar la denuncia ante el Congreso. Entonces, ¿por qué llamaron tantas veces a su teléfono durante ese misterioso fin de semana? En lugar de realizar estas extrañas acusaciones, ¿por qué no intenta explicar la manera en que se produjo tan fantástico homicidio?
No lo hace porque no hay manera; sólo se le ocurre emitir un dictamen con formato de orden patronal: "el objeto procesal de esta causa hasta el momento, lo constituye la hipótesis de que Alberto Nisman ha sido víctima del delito de homicidio", en coincidencia con los familiares ansiosos por cobrar el seguro de vida. Y esto puede ser más ridículo hasta convertirse en burla: “los recurrentes sostienen con razón que la presencia en el departamento de Nisman del arma que le dio muerte no está avalada por una explicación lógica, pues las tres versiones dadas en la causa son contradictorias y sólo podrían ser corroboradas o no por el fallecido”. Claro, para saber la verdad es necesario contratar a un médium y si no, seguirán alimentando las sospechas sobre Cristina hasta convertirla en ideóloga del crimen. Porque eso es lo que quieren: involucrarla en el homicidio para desterrarla de la escena política para siempre. El establishment empresario-judicial necesita debilitar al kirchnerismo para poder avanzar con su plan de restaurar el país minoritario que apetecen.
La Independencia no será una fiesta
Que un fiscal alineado con el ideario amarillo presente un dictamen sin fundamento y nada imparcial un día después del primer paro nacional contra el gobierno de Macri resulta sospechoso. Claro, el objetivo es mudar la causa al fuero federal para que nos entretengan con esta telenovela durante varias temporadas; las suficientes para impedir que los K lleguen con fuerza a 2019 o, cuanto mucho, a las elecciones de medio término. O por lo menos, que el comienzo de las sesiones ordinarias del Congreso encuentre al kirchnerismo un poco desbandado para que los PRO puedan obtener los avales necesarios para sus inconvenientes primeros pasos.
Con la excusa de la gobernabilidad, necesitan que muchos de los decretos firmados en estos meses pasen incólumes por la mirada de diputados y senadores, desde los más livianos, como nombramientos y modificaciones ministeriales, hasta los más controvertidos, como la derogación de la Ley de SCA y la postergación de la entrada en vigencia del Nuevo Código Procesal. Pero sobre todo, el Gran Equipo necesita que sean eliminadas de un plumazo las dos leyes que nos protegen de los buitres: la Ley Cerrojo y de Pago Soberano. El juez Thomas Griesa lo sentenció desde su imperial estrado y, como declaró Macri desde siempre, “lo que diga Griesa, hay que hacerlo”. Aunque eso signifique convertirnos en presas de las fieras más angurrientas, aunque eso hipoteque nuestro futuro por varias décadas, aunque eso sólo sirva para transferir recursos de nuestros bolsillos a las abultadas cuentas de un puñado de especuladores.
Esta es una discusión crucial que debería atravesar a toda la sociedad, no sólo desde una visión estrictamente económica sino también de cara al Bicentenario de la Independencia. Seguramente, ya debe haber un marketinero grupo de expertos organizando los festejos para tan trascendente fecha, pero de la Soberanía no se ocupa nadie. Ya lo demostró Macri al calificar como ‘linda’ la reunión que mantuvo con David Cameron, que desechó de plano toda discusión sobre la devolución de Nuestras Islas Malvinas. Lo ha evidenciado en estos días al recibir a los mandatarios de Italia y Francia con el país casi envuelto para regalo. Y quedará de manifiesto en unas semanas, cuando la visita de Barack Obama haga menear el rabo y secretar saliva a más de uno. La versión amarilla de la soberanía es tan ligth que casi ni se nota.
Sin embargo, la jugada del gobierno para arreglar con los buitres estuvo muy presente en el Congreso Nacional Justicialista que se realizó esta semana. No sólo eso, sino que, de manera inexplicable, dividió aguas. El desendeudamiento obtenido gracias a estas leyes garantiza nuestra autonomía y es la mejor herencia que Macri recibió de la Década Ganada. Que dirigentes peronistas minimicen esta cuestión resulta llamativo. Algunos, como el senador Miguel Ángel Pichetto, además de minimizarla, acuerdan con poner en riesgo el Canje para ceder a las extorsiones de los buitres. “El líder de la bancada opositora no puede expresar una opinión de esa naturaleza porque estaría asumiendo el rol de líder de bancada oficialista”, expresó Jorge Capitanich al respecto. “El juez Griesa no puede condicionar a un país soberano pidiendo la derogación de una ley”, agregó el ex Jefe de Gabinete y actual intendente de Resistencia. En realidad, el magistrado neoyorkino puede pedir cualquier cosa, lo que no debe hacer ningún representante argentino es obedecerle.
Algunos dirigentes parecen tan confundidos como muchos de los votantes del cambio. Arreglar con los buitres no garantiza la gobernabilidad, sino todo lo contrario. Además de ceder a las pretensiones usurarias de una minoría destructiva y regalar un montón de dólares a los que ya tienen de sobra, se deshonra al 93 por ciento de los bonistas que aceptaron las condiciones dispuestas por Argentina para cumplir con sus obligaciones. Como siempre, la impronta PRO es beneficiar a unos pocos. El plan A del Gran Equipo es endeudarnos para pagar ilegalmente una deuda ilegítima. Y no para librarnos del problema por siempre sino para seguir endeudándonos al infinito.
Así no, porque estos negociados que no nos benefician en nada los terminamos pagando nosotros con cercenamiento de derechos y horadación de dignidad. Nuestros representantes en el Congreso deben bloquear el plan A para garantizar el futuro. Si Macri necesita recursos, sus amigotes pueden repatriar una mínima porción de las fortunas que han fugado durante décadas. Con eso no sólo se lograría la tan ansiada gobernanza, sino el desarrollo tan cacareado durante la campaña. Mientras el futuro se decidirá en el Congreso, los medios hegemónicos enceguecen con la novela de Nisman. Y el público cautivo, que no escarmienta, jamás prueba con cambiar de canal.

2 comentarios:

  1. Algunas cosas parecen exageradas, pero da miedo lo que están haciendo estos tipos. Qué error que cometieron algunos votantes y cómo nos van a traicionar algunos de nuestros representantes. De acá en adelante, vamos a tener que remar en dulce de leche y en subida. Esteban

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    1. No entendí si lo exagerado es de mi texto o lo que están haciendo los PRO. De cualquier modo, más que dulce de leche, pronto estaremos con el fango al cuello y ni remos vamos a tener. Gracias, Esteban.

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