El
horrendo rostro de las bestias indomables
No hay que olvidar: quienes se
rasgan las vestiduras patrióticas en contra de la sociedad con Chevron son los
mismos que respaldaron a Repsol cuando el Gobierno Nacional expropió el 51 por
ciento de las acciones de YPF; son los
mismos que ruegan por inversiones extranjeras sin condiciones e idolatran a
Thomas Griesa; los mismos que pergeñaron el sainete de Harvard y apoyan la autodeterminación de los
malvinenses; son los mismos que idearon una colecta para rescatar la
fragata Libertad, en manos de los buitres y guardaron un doloroso silencio ante
el desprecio al presidente boliviano Evo Morales; son los mismos que se quejan
por los controles al dólar y se callan ante los especuladores cerealeros; son los mismos que acuden con chimentos
destituyentes a la embajada norteamericana; son los mismos que se esfuerzan
hasta el ridículo para estar solamente en contra de todo, hasta del propio país.
Los que hoy simulan preocupación por los problemas de la gente son los mismos
que abogan por los intereses de una minoría empachada. Los que hoy señalan ilusorias contradicciones son los portadores de una
desorientación patológica. Pobres los votantes que intenten comprender sus
laberínticas propuestas, porque quedarán enredados en el desconcierto. Pobre del país si alguna vez ellos llegan a
recuperar el control.
El más fanático de los
opositores es quien más capacidad de daño ha perdido. Desesperado, el Alcalde Porteño suplica un lugar en el mundo, fuera de
la fortaleza que ya lo está asfixiando. Como el eximio estratega que no es, diseña el futuro en un tablero absurdo
y piensa como presente lo que es sólo una vana ilusión. "Yo acordé con Massa trabajar juntos en la provincia para ponerle
límite a los Kirchner –pregona, alucinado- Hasta tanto él no diga que cambió de idea, yo sigo confiando en su
palabra de ayudar desde la provincia,
como yo lo hago desde todo el país, para ponerles un límite a los
Kirchner". Despechado por un apoyo mediático casi desvanecido, se
imagina como un superhéroe desplegando su poder ante las fuerzas del mal, como
un pirata que reparte el botín con su compinche. Pueril como siempre, se refiere a Los
Kirchner como si hablara de un clan o de los protagonistas una serie
televisiva. ¿Quiénes son los Kirchner, si hay una sola persona que porta
ese apellido en el Gobierno y ocupa el ministerio de Desarrollo Social?
Cristina es Kirchner por adopción, en todo caso. ¿O será que, guiado por su descomunal
desprecio, los Kirchner somos todos los que apoyamos este maravilloso camino de
reconstrucción del país?
En lo único que piensa es en ponerles un límite a los Kirchner, como
si estuviera planeando una reprimenda para unos niños revoltosos, como si defendiera un territorio de su
pertenencia. ¿Qué espejismo lo conduce a pensar que su influencia alcanza a
todo el país? ¿O será que, como un
unitario decimonónico, imagina la CABA como lo único importante de Nuestra
Nación? En realidad, no es más que el delirio de grandeza de un perfecto
mediocre que no se resigna a su seguro mutis de la escena política. El silencio
de Sergio Massa ante tan secreta alianza debe considerarse como una confirmación de la poca influencia que
Macri conserva en los asuntos serios de
la vida. Una sutileza del intendente de Tigre que concibe al Líder Amarillo
como un piantavotos, que muestra cómo se ha marchitado la esperanza
blanca de otrora.
Mientras estas escaramuzas
electorales entretienen a los medios con hegemonía en decadencia, los patricios de la Sociedad Rural exhiben,
una vez más, su impudicia lacrimógena. Aunque ya ni el propio Daniel Scioli
les cree. "Si uno ve de manera
objetiva los grandes números, no hay
motivos para seguir apoyando este modelo –dijo el presidente de la
entidad, Luis Etchevere- puede ser que lo
hagan desde una perspectiva muy personal, quizás
alguien que depende de un subsidio o trabaja para el Estado, lo que es
entendible". Pero más allá de este aristocrático desprecio, reservó un
espacio para lo peor, para la más hipócrita de sus declaraciones. “El campo no da para más”, confesó el
dirigente estanciero. Lo que no da para más, quizá sea su cara. Un latiguillo que irrita, sobre todo en
medio de una cosecha récord. Y como colofón a tanto lamento infundado,
agregó: “el campo hoy está peor que en el
uno a uno”.
Esta semana se cumplieron cinco
años del episodio más dramático para la gestión K. El antes y el después que ha quedado para los grandes recuerdos.
Una crisis plagada de traiciones que casi hace desbarrancar al recién iniciado
gobierno de CFK. Un sacudón que permitió
comprender muchas cosas. En los libros de historia del futuro el capítulo
correspondiente rezará –de manera ineludible- “La 125” o algo parecido. El
oficialismo logró superar el escollo con todo éxito gracias a una firme construcción política basada en
la recuperación de dignidad y en la conquista de nuevos derechos. Los
agro-opositores sólo lograron crecer en lo único que les interesa: la ganancia.
En la temporada 2012-2013 la cosecha alcanzó el record histórico de 105 millones de toneladas, con el maíz, la
soja y la cebada como las más destacadas. De acuerdo a un informe de la Cátedra
Nacional de Economía Arturo Jauretche, desde la salida de la convertibilidad
hasta la actualidad, la renta de los productores-propietarios
se incrementó en un 223 por ciento y para los arrendatarios, las ganancias subieron cerca del 700 por
ciento. A pesar de esto, siguen anegando el país con sus avarientas
lágrimas.
Y continúan apelando a las artimañas
más abyectas para no compartir los bienes que se extraen de nuestro territorio.
Primero, la celada del trigo, que
apuntaba a empujar hacia el alza el precio de la harina y sus derivados. La
intervención del ministerio de Agricultura y la secretaría de Comercio logró
detener la conspiración. Ahora, la AFIP descubrió alrededor de 300 mil toneladas de cereales no declarados
que significan una evasión impositiva de 138
millones de pesos. Además, identificó dos millones de toneladas de granos
destinadas a la comercialización ilegal que involucra a 324 sujetos no inscriptos en el Registro Fiscal de Operadores de
Granos. Nadie de la oposición política se involucra en estos asuntos, no
sea cosa que obtengan la enemistad de los estiercolados patrones.
Para ellos, estafar al Estado no afecta la soberanía.
Por eso, se suman a las presiones de los especuladores y aportan algunas
lágrimas para solidarizarse con estos sufridos
explotadores de la tierra. Tampoco dicen nada de los que buscan incrementar
sus ganancias apostando al insignificante -pero molesto- dólar ilegal. Al contrario: denuestan con furor el
control de las divisas y llaman libertad a la especulación. Pero ya todo
está claro. El aglutinamiento logrado por el rechazo a la 125 ya se ha diluido.
La neblina que velaba el entendimiento
comienza a diluirse. Cada vez más individuos deciden convertirse en
ciudadanos y defienden con convicción los intereses colectivos. “Vamos a correrles la sábana a los fantasmas
blue –desafió La Presidenta desde Chaco-
para que les vean la cara a quienes no quieren que el país progrese”. Las máscaras están cayendo y los nefastos
intereses que persiguen han quedado al desnudo. A no desesperar: en breve
lograremos domesticar a semejantes bestias.
Hola Gustavo: Encantada de haber encontrado tu sitio, me parece muy bueno tu análisis. Te seguiré. Saludos.
ResponderBorrarMuchas gracias, Laura. Espero no decepcionarte
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