Aunque
parezca una locura, el estatus de desacatado
produce un enorme alivio, porque lo que
se desobedece es un fallo ilegal, injusto y destructivo, una sentencia a la
medida de los demandantes, una pieza jurídica de antología que pisotea todos
los principios soberanos. Una decisión caprichosa avalada por todo el sistema
judicial del Norte, al servicio de una minoría angurrienta que pretende tener
al mundo en sus garras. Por eso, el desacato, en lugar de una afrenta, parece más un premio a la persistencia en
la defensa de nuestros intereses. Si los buitres pensaban que con esto nos
iban a amedrentar, otra vez se equivocaron. Tan acostumbrados estamos a los picotazos, que ni mella nos hacen.
Al contrario, esta nueva amenaza nos
fortalece ante el mundo y deja al descubierto la impotencia imperial de los
especuladores financieros.
Lo
que se aprecia a simple vista es que en la cabeza de Griesa, Argentina aparece a veces como Estado y a veces como
particular. Al considerarnos Estado, niega la obligación de los buitres a
incorporarse al canje aceptado por más del 92 por ciento de los acreedores, consenso más que considerable para una
empresa en quiebra, por ejemplo. Como particular, nos declara en desacato,
algo inadmisible para un Estado, tal como establecen las leyes internacionales.
¿Acaso piensa aplicar el arresto domiciliario para los 40 millones? ¿O será
Guantánamo el destino que pergeña para nosotros? Pero no nos sintamos en cafúa,
sino más libres que nunca.
La
referencia al comisario de Trulalá, uno de los personajes de Hijitus, fue
tomada por algunos medios para ilustrar el estado de ánimo que nos produce esa
insólita medida. Otros, más alarmistas, pusieron
el énfasis en la humillación que significa desobedecer al establishment, en
el escarnio mundial que nos ha tocado
gracias a las desatinadas decisiones
de Cristina y su banda de improvisados
funcionarios. Como era de esperar, la
calidad de desacatados sólo sirve para envenenar los dardos que los operadores
del poder fáctico disparan día a día. Esta vez se han puesto del lado
equivocado. En realidad, siempre lo han hecho, pero ahora se nota más.
Tal
vez sea un poco exagerado pensar que estamos ante una confabulación para
volvernos a tener de rodillas. Quizá Griesa sólo esté protegiendo los intereses
de un particular ante los abusos de un Estado. O, como muchos actores locales,
considere que Paul Singer es el más débil
en este episodio. Si es así, va tener que preocuparse un poco más por conocer
el escenario en el que está tomando decisiones o dar un paso al costado, porque está a punto de provocar un conflicto de
consecuencias impredecibles. A primera vista, suena un poco extraño que un
juez consulte a una de las partes sobre cada paso que da y desoiga los
argumentos de la otra. Y, por supuesto, resulta
desproporcionado que un juez municipal pretenda tener semejante poder ante un
país soberano. O puede ser que seamos los conejillos de un experimento,
sometidos a las pruebas más arduas, en un laberinto plagado de obstáculos y
trampas de las que debemos salir airosos para seguir camino. Pero los
conejillos nos estamos hartando y queremos salir del jueguito como sea. Y
encima, nos dicen desacatados porque pagamos
de acuerdo a los compromisos y nos resistimos a una extorsión usuraria que
puede condenarnos para siempre.
Águilas, buitres y bicharracos locales
Un
país no se construye con sumisión, sino con fortaleza. Y es lo que demostró CFK
en la Cadena Nacional del martes pasado. Mientras la oposición agacha la cabeza
ante la prepotencia imperial, el
oficialismo está dispuesto a enfrentar este abuso con la celeste y blanca como
escudo, como espada, como savia. Mientras los medios hegemónicos magnifican
los absurdos del octogenario magistrado, La Presidenta cuestiona la situación
ante la que nos ha puesto el establishment internacional. Algo que no hemos provocado y de ninguna manera nos merecemos. Ningún
país merece tanto pisoteo. Ni siquiera el del Norte. La inseguridad jurídica
que tanto denuncian los carroñeros, la estamos padeciendo en carne propia. Mientras
los monigotes opositores buscan un caparazón para esconderse, Cristina
denuncia, rechaza, desafía: nos convoca
a defender nuestra razón soberana ante estos intentos destructivos.
Uno
siempre tiene la esperanza de que la cordura retorne en este extraño conflicto.
Pero parece que la cosa no pasa por la salud mental de los gestores de esta
tragicomedia, porque cada embestida parece muy racional, bien orquestada, con
mucho aceite para que fluya. Menos mal
que hay más cerebro de este lado, además de corazón. Si salvamos con éxito
este percance, Argentina se convertirá otra vez en el mal ejemplo. El modelo de país que quiere el sistema financiero
despiadado es el obediente, sumiso, sacrificado. El triunfo de Argentina en esta contienda puede desbaratar el sistema
global de distribución asimétrica de los recursos del mundo. Nuestra
resistencia puede provocar la caída del peor capitalismo, del que sólo trae
destrucción. No el que invierte, produce y genera trabajo digno y genuino, sino el que gana fortunas a fuerza de la
especulación salvaje que deja desolación a cada paso. Argentina no está
enfrentando a un juez, sino a un sistema que ha provocado mucho daño y lo
quiere seguir haciendo. “Yo no soy
ingenua, pues todo esto no es casual, no puede pensarse que es un movimiento
aislado de un juez senil de Nueva York: sería
una ingenuidad y yo no soy ni ingenua ni estúpida”, aclaró Cristina en
ese sentido.
Como
no podía ser de otra manera, La Presidenta tranquilizó
a los 40 millones de desacatados. “No
me sorprendió la declaración ni que en veinte o treinta días más nos pongan
sanciones económicas –explicó por Cadena Nacional- tal vez decidan ponerme presa si vuelvo a Nueva York. Pero yo voy a ir igual cuando tenga que ir”.
A pesar de que la cuestión ya está tomando un cariz entre estados, Obama
aconseja que nuestro país arregle sus cuentas con los acreedores. Pero es
precisamente un juez municipal del país
que gobierna el que está impidiendo el cumplimiento de nuestras obligaciones.
Y para demostrar eso, hemos depositado las sumas correspondientes para todos
los tenedores de bonos, hasta los que no
aceptaron ingresar al canje.
Pero
una cosa es lidiar contra buitres y águilas foráneas y otra, soportar el graznido de los caranchos
vernáculos. Estos, además de molestar, duelen. Esos periodistas que parecen
celebrar el abuso de autoridad, más que convencer, destilan ridículo. Esos
diputados y senadores que claman a coro por el respeto hacia el poderoso,
aunque intente colonizarnos, más que
representar al pueblo, lo están traicionando. Y que nada digan contra los
intentos de someternos a la succión vampírica, más que nuestro desarrollo,
buscan nuestra caída. Esos productores y empresarios con posición dominante que
provocan terremotos para recoger
ganancias de los escombros, más que confianza, producen miedo. No es la
primera vez que ocurre esto, pero lo bueno es que ahora lo detectamos al
instante. Y tenemos Una Presidenta que pone el pecho para denunciarlos. Para
frenarlos, también. No sea cosa que se le ocurra aplicar la ley antiterrorista para desbaratar todas las conspiraciones en
danza y poner en funcionamiento las leyes para proteger a los consumidores
de esos colmillos pestilentes. CFK aclaró que no está enojada. Pero, por las dudas, no la provoquen.
Qué buen artículo, Gustavo Rosa.
ResponderBorrarGracias, Mabel, por participar de este modesto espacio. Estamos construyendo un país y cada esfuerzo es necesario. Abrazo
BorrarExcelente artículo Gustavo !!! Que Orgullo tener a CFK como "Capitana de este Barco",por el que ha dado y sigue dando muestras de que jamás permitirá que naufrague !!!
ResponderBorrarY vamos por buen rumbo, con algunas olitas altas, pero no peligrosas. Lo peor son los tiburones, que tratan de horadar el casco. Abrazo enorme
BorrarJustamente éso es lo que tiene "nevioshos" a los "Tiburones"... El que vayamos por Buen Rumbo al Puerto Correcto !! Sí sí :)
BorrarUn placer leerte Gus ! Besos
Excelente Gustavo!!!! Felicitaciones, un honor leerte!!! Comparto frase de José Martí: "El periódico es una espada y su empuñadura la razón. Solo deben esgrimirla los buenos, y no ha de ser para el exterminio de los hombres, sino para el triunfo necesario sobre los que se oponen a su libertad y progreso".
ResponderBorrarGracias Gustavo. Argentina camina y eso molesta a los enemigos de la patria. Fuerza Argentina.
ResponderBorrarQue buenos que son tus relatos !!!! ... Recién los descubro y los estoy leyendo uno por uno... Te confieso que a medida que la lectura avanza , me regodeo con la misma , su claridad me atrapa ; a veces las ironías y cierta mordacidad me esbozan una sonrisa ; otras me deleito con los apelativos que empleas para los poderes fácticos y esbirros locales... Muchas gracias por esto..
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