Cuando
los amarillos estaban aún celebrando la victoria parcial obtenida en las PASO,
el incendio en un taller de costura clandestino intentó conducirlos a la
realidad. Pero no lo logró: siguieron
festejando, como la mejor forma de mirar para otro lado. Como han hecho
siempre, con un Estado cómplice de los privilegios y ausente en los derechos. Si las abstracciones no son suficientes
para el votante PRO, este hecho concreto debería avergonzarlos. Esos dos
niños murieron porque el Gobierno porteño no había atendido a las denuncias
recibidas sobre la precaria situación de los trabajadores y sus familias. Con tamaña desidia, avalan la trata de
personas, la explotación en su lado más cruel. Eso votaron el domingo: la
complicidad en dos muertes, que se suman a las diez de Iron Mountain y en los
abundantes derrumbes. Por esto deberían salir a la calle para pedir justicia y no para responder a las tontuelas
manipulaciones mediáticas.
En
septiembre del año pasado, la Fundación La Alameda denunció la existencia de 30 talleres irregulares,
entre los que se encontraba el que se incendió el lunes y costó la vida de los
dos chicos. Pero, según aseguró el inspector porteño Edgardo Castro, el
gobierno de Macri “tiene una mecánica de protección de los talleres clandestinos”.
“Este taller había sido denunciado –explicó
el funcionario- pero el director general
de Protección del Trabajo, Fernando Macchi, en lugar de proteger a los trabajadores como su función lo indica,
protege a los empleadores”. No sólo no los sanciona, sino que les “notifica por escrito al empresario que hay
una denuncia en su contra y le avisa que lo pueden clausurar”, agregó
Castro. ¿Este es el modelo de gestión
que quieren extender a todo el país, el de la explotación infantil y el trabajo
esclavo?
Los
paragüeros salieron en manada cuando se cumplió un mes de la
muerte del fiscal Nisman para pedir Justicia por lo que hasta ahora es un
suicidio y, de paso, acusar a La
Presidenta, por las dudas. Pero ninguno ha manifestado en público su indignación
por este doloroso hecho, que no es el primero ni será el último. Extraño sentido de justicia que no abraza
por igual a todos los ciudadanos; justicia que es el castigo inmediato de
los señalados por el establishment y sus acólitos; una justicia patricia que garantiza el retorno al gobierno del mercado,
ése que sólo produce desigualdad y
convierte en abismo cualquier grieta.
Una
justicia desenfocada, de acuerdo a la definición del presidente de la Corte
Suprema: “los jueces estamos para poner límites a los otros poderes del
Estado y también al poder empresario. Los jueces no gobernamos, pero ponemos límites al gobierno de turno”.
En esta sentencia no aparece quien
debería ser el principal beneficiario de
su accionar justiciero: el ciudadano. Tal vez por eso no entienda el
concepto de “democratización de la
Justicia”, idea del Gobierno que, según el magistrado, “nunca fue bien aclarada”. Claro, no entiende –o simula- porque de esa manera, seríamos nosotros los
encargados de poner límites.
Amarillo cada vez más oscuro
Esa
extraña idea de los límites puede explicar la
malsana intención de convertir en héroe al fiscal Nisman, o cuanto mucho,
en mártir. Por eso en el video institucional de presentación del año judicial, su foto aparecía entre las víctimas del
atentado a la AMIA, los muertos de Once y de otras tragedias más. Un
paladín justiciero para el establishment que quiere llevarse puesto al gobierno de Cristina. Porque ésa fue la intención de la famosa denuncia contra La Presidenta
y la frustrada presentación en el Congreso. Esa fue la bomba que vislumbraron las diputadas del PRO, Patricia Bullrich y
Laura Alonso, para arrojar hacia La Rosada. Como afirma Lorenzetti, poner los límites que exige el Círculo
Rojo.
En
la muerte del fiscal, estas dos congresistas juegan un papel fundamental. Ellas
presionaron a Nisman para que despliegue su denuncia en el Congreso, aunque la sesión reservada que habían
planeado se había convertido en pública a pedido del oficialismo. Según el
relato de Bullrich ante la fiscal Viviana Fein, Nisman dijo: "voy
a decir lo mismo que en TN y no va a
parecer serio". De
esto se desprende que lo expresado ante las cámaras de ese medio hegemónico ni siquiera parecía serio. No lo era y
ni lo parecía. El frenesí comunicacional entre las diputadas y el fiscal a
través de mensajes de texto y WhatsApp y conversaciones telefónicas demuestra la obsesión por La Oportunidad,
de un lado y la resistencia al ridículo por el otro. Sin dudas, podía payasear ante ojos complacientes pero no
con todos los diputados y medios de todos los colores como absortos testigos. Si el terreno que pisaba Nisman comenzaba a
tambalearse, Bullrich y Alonso lo desequilibraron del todo. En pocos días,
el fiscal pasó de héroe a mártir, de mártir a víctima, de ahí a alguien de dudosa
transparencia para convertirse en un personaje
olvidable, oscurecido por la corrupción y con nefastos lazos con nuestros
peores enemigos: los buitres.
¿Todavía pensará el Supremo que ésos son los límites
que debe poner la Justicia al gobierno de turno? ¿O creerá que el país necesita que la Justicia avale la exhibición de
colmillos de la bestia herida? Y lo más importante: ¿qué creemos nosotros -la
mayoría que ahora se siente representada- que debe ser la Justicia? ¿Un andamiaje para preservar privilegios o
una institución para ampliar derechos? Un dilema crucial en este año
electoral. Los desideologizados globos de colores o las definiciones políticas,
con metas y recorridos. El cambio al
pasado o la continuidad al futuro.
Lastima que la gente desinformada que vota al pro no lea estos blogs.Se le aclararian mucho las cosas y pensarian dos veces antes de votar a Macri.Porque hay que entender que hay gente de buen corazon que cae en las trampas de los medios y el poder concentrado.
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ResponderBorrarEl vaciamiento intelectual, ético y cultural de GRAN HERMANO MEDIÁTICO, raya lo bochornoso. La vergüenza perdida. La mentira como eje de distorsión permanente de la realidad, y la construcción de ficciones que favorezcan sus intereses, son el apoyo logístico, para el desgobierno de una Ciudad, y el favoritismo No hay otra cosa para encontrar, en el GRAN PARTIDO POLÍTICO, que maneja a TODOS LOS "TÍTERES TRIUNFANTES" DE LA DERECHA CABISTA.