Lanzados a esta campaña presidencial insólita,
apasionada y despareja, a veces omitimos
enfatizar qué país queremos. Distraídos por las provocaciones de los
contrincantes, destinamos tiempo en
contestarles. Tentados por sus barbaridades, olvidamos nuestros buenos modales. Esto último es lo que más
critican del kirchnerismo, que ha dejado
al desnudo el simulacro de democracia que estábamos viviendo. Ellos que han
secuestrado, torturado, asesinado y desaparecido a miles de compatriotas y, no
conformes con eso, nos hundieron en la peor de las crisis, se quejan porque levantamos un poco la voz para demostrar su carroña.
Porque esta contienda no enfrenta a un candidato contra otro, con ideas distintas para construir un país,
con dos modelos alternativos para diseñar un futuro. Ya no quedan dudas de que
detrás de la amabilidad de Macri se
escudan las más siniestras dentaduras que quieren hincar sus colmillos para succionar
nuestra sangre. Un proyecto que quiere continuar con la reconstrucción del
país contra un modelo importado que sólo
porta destrucción y que está logrando embaucar a una parte importante de la
población.
Los posibles funcionarios de Cambiemos están tan
ansiosos que olvidan que aún no han ganado. Por el contrario, han perdido en dos oportunidades. Sin embargo,
están tan seguros del triunfo que no
pueden disimular su impronta entregadora y antidemocrática. Ernesto Sanz,
que ocupará el ministerio de Justicia, aseguró que el licuado aliancista que
integra está dispuesto a gobernar por
decreto si el Congreso no avala sus propuestas legislativas. Los Decretos
de Necesidad y Urgencia están incluidos en la Constitución pero, aunque valen
como ley, Diputados y Senadores deben refrendarlos, reformularlos o
rechazarlos. Quien más firmó DNU fue Carlos Menem, con un récord de 574 y ninguno de ellos fue ojeado siquiera por los
legisladores. En cambio, Cristina sólo usó esta herramienta en 29 oportunidades y en todas involucró al
Congreso. Extraña dictadura la de La Presidenta, que
respeta las normas constitucionales y todo. Sorprendente democracia la que
promete Cambiemos, que asegura que gobernará
de espaldas a nuestros representantes y, por lo tanto, a nosotros.
Otro personaje que entra en la pesadilla macrista es el médico Abel Albino, titular de la
Fundación Conin, quien será el encargado de desarrollar un programa contra la
desnutrición, como ha hecho hasta ahora en la CABA. Lo que asusta es su mirada medieval sobre las relaciones sexuales, como
expresa en su libro “Gobernar es poblar: Paternidad responsable o fornicación
asistida”. En él dice que en las familias con niños desnutridos “hay
una serie de conductas que inexorablemente deben ser combatidas”. En su listado, aparece el “impudor, promiscuidad, pornografía,
autoerotismo, incesto, sexo contra natura, violación, pedofilia,
anticoncepción, aborto, infidelidad, concubinato”. También se opone a la promoción de “planes contraconceptivos de carácter general, basados en la
distribución de píldoras, preservativos, etc. (...) terminan siendo, en la práctica, planes de fornicación asistida”. Si
a esto sumamos que el PRO se opuso a la Ley de Matrimonio Igualitario,
Fertilización Asistida, Identidad de Género y otros derechos de tercera
generación la propuesta es un retroceso
pero no a los noventa, sino al siglo XVIII.
Después de la tormenta
Estos Apuntes deberían estar poblados de esperanzas
pero sufren la invasión de la
podredumbre amarilla. La diputada Elisa Carrió, hábil en sembrar
desconcierto, realizó una de sus advertencias
inverosímiles. De acuerdo con sus alucinadas visiones, el posible gobierno
de Macri será acosado por hordas de
militantes de La Cámpora muñidos con armas destruidas por el RENAR. Claro, como
presiente que las medidas tomadas por su jefe
político recibirán la resistencia de los afectados, ya está aportando la explicación mediática: serán soldados
juveniles comandados por Cristina desde el cuartel
general de El Calafate quienes se opondrán a las angelicales decisiones de Macri, como devaluación, recortes, despidos. Decisiones que se tomarán con la
excusa ya diseñada: todo lo que ocurra a
partir del 11 de diciembre también será culpa de Cristina. Quizá sea éste
el consuelo de los votantes del Ingeniero: podrán
responsabilizar a la yegua por sus
futuros padecimientos.
Pero detrás de las alocadas expresiones de Carrió
hay un sugestivo contenido no manifiesto. Si
queremos un futuro de paz y concordia, con Macri en La Rosada no será posible.
Que la principal propuesta de sus asesores económicos sea la devaluación de la
moneda –justificada por un cúmulo de mentiras- augura un mañana con innumerables altercados y conflictos. Carrió
es uno más de los personajes que encaran una contra campaña de esta vieja alianza modelo 2.0, junto a todos los
otros que promueven liberación del dólar
y del comercio exterior y la
persecución a ultranza de todos los kirchneristas que se crucen en su camino.
Además, si sumamos al encargado de combatir la desnutrición, ni los placeres privados nos quedarán.
Pero en esta campaña presidencial se suma otro dato
insólito: la importancia del voto en
blanco. Sus promotores llegaron a solicitar espacio en los medios para brindar justificativos y hasta la
necesidad de incorporar fiscales para
controlar los sobres vacíos. Este tipo de manifestación electoral tuvo un
protagonismo histórico cuando el peronismo estaba proscripto por el mismo
sector que hoy dice que no hay que
perseguir a “los que piensan distinto”. También tenía un sentido en 2003,
cuando una artera decisión del
presidente de prepo Eduardo Duhalde
colocó en el fallido balotaje a dos candidatos del mismo partido. En cambio, ahora su significado es inasible.
Votar en blanco –tanto por derecha como por izquierda- puede expresar un descuerdo
con los dos candidatos, rechazo a la democracia, desinterés por la política,
incomprensión extrema o cobardía. Claro, sobre
el blanco se puede escribir cualquier cosa. Cuando un mensaje es tan difuso
puede provocar distorsiones: estar en
contra de todo es estar a favor de nada. Cuando el futuro está en juego no
hay que lavarse las manos. Sobre todo cuando uno de los candidatos porta tanto
peligro que hasta sus propios
integrantes espantan el voto.
El 22 no se presentan dos versiones de lo mismo, ni dos caminos diferentes que nos
conducirán al mismo punto ni dos maneras de concebir la felicidad. El
cambio de Macri es la restitución de
privilegios pasados y la creación de los nuevos que succionarán gran parte de
nuestros derechos. No es siquiera el modelo del derrame de los ’90 que
proponía crecimiento con mezquina distribución sino la acumulación desmedida con distribución inexistente. Y de manera
brusca, como un shock que deje a la población tan sometida, que hasta las escasas migajas serán recibidas como un
festín.
La propuesta del FPV, en cambio, es diametralmente
opuesta y es la que nos permitió crecer
en estos doce años y a la vez incluir a los que estaban fuera del sistema.
Con muchos aciertos y unos cuantos errores, el proyecto propone distribuir para el desarrollo. Un crecimiento
de abajo hacia arriba, como todo lo que
crece de manera saludable. En uno de sus spots de campaña, Scioli cuenta
sus experiencias como deportista y los desafíos que debió afrontar en los
agitados mares. Hay mucho para preservar
y defender y mucho más para conquistar. ¡Qué mejor que un experto piloto
que se sobrepuso a la tragedia para conducir este barco enorme hasta el mejor de los puertos sin perder a
ninguno en el camino!
De acuerdo con todo lo leído en el artículo Gustavo,sobre la izquierda sushi q nos demuestran q la "democracia"no sirve(al menos p/ellos),los buitres locales preparandosé p/volver a dar el zarpazo.Solo una cosa no coincido,(bno en realidad c/Carrió)nos dice q los jovenes de La Cámpora c/armas del Renar saldrán a frenar los ajuste d su jefe,la pitonisa está +equivocada q nunca,esas armas fueron destruídas,pero las q se vendiéron legalmente a partir d 1989 (casi 2 millones solo en Rosario)están en poder d sus dueños,q no son d La Cámpora,no son jovenes ,pero tampoco somos "ovejas"fáciles d arrear..No queremos perder los derechos adquiridos,el país está dividido incluso las familias,hay belicosidad "en reposo"y las provocaciones pueden complicar las cosas.Me importa "nada" conciliar con quién quiera imponer un proyecto/modelo q no incluya. Gracias Gustavo por ser tan preciso.
ResponderBorrarGracias. No sé si soy preciso ni claro, pero estoy convencido de que no debemos abandonar este camino y menos aún tomar el camino que propone Macri.
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