El
año termina con una gran noticia a nivel
internacional: el inicio de las relaciones entre EEUU y Cuba. Por ahora, más buena que mala, con la liberación
de rehenes y la apertura de las respectivas embajadas. El final del bloqueo que
afecta el desarrollo de la pequeña isla del Caribe deberá esperar la resolución
del Congreso norteamericano. El país que bombardea indiscriminadamente para
defender la paz, la libertad y la democracia ha sometido un estado soberano a un desproporcionado aislamiento
económico que significó una pérdida superior a los 100 mil millones de dólares.
El pueblo cubano resistió, estoico las tentaciones del capitalismo mientras los
individuos cubanos se fugaron a Miami para hacer lobby contra el socialismo. Tal
vez éste sea el primer paso para desterrar
de este planeta la prepotencia de aquellas naciones que se creen dueñas del
destino de todos. Por ahora, celebremos esta novedad de fin de año, pero
que los festejos no afecten nuestro olfato.
El
Mundo ideado por el Imperio después de la caída del Muro de Berlín ha
demostrado su fracaso. Fracaso relativo
porque los que pergeñaron esa perversidad han multiplicado sus fortunas hasta
tornarlas peligrosas. Para eso, en estas dos décadas y pico han tenido que
fabricar enemigos que combaten con las armas que ellos mismos producen y a la
vez, son atacados con el mismo arsenal. Ahora, ante la perspectiva de tener a muchos países contra su política
internacional, EEUU empieza a poner paños fríos. Cuba es un primer paso.
Auspicioso que este hecho histórico se produzca, más por el bien de Cuba y su
pueblo. Pero ojo, los alacranes y las
serpientes no son domesticables: en algún momento pueden destilar su
veneno. Y otra comparación de Animal
Planet: el abrazo del oso puede
producir asfixia. La dignidad, independencia, valentía y paciencia del
pueblo cubano no debe mancillarse con un intento de neocolonialismo. Una cosa
es la apertura para adquirir aquellos artículos que necesita para su desarrollo
y otra es que sea invadido por el
consumismo patológico que pretende contaminar nuestro planeta.
De
cualquier modo, el presidente Obama puso en la mesa de negociaciones un
condicionante que surge de su mirada, que aunque
devaluada, continúa siendo hegemónica: “Estados
Unidos apuesta por una Cuba más libre y más próspera”. Como si ellos
tuvieran la potestad de evaluar las
condiciones internas de un país soberano, después de avalar las dictaduras que
son funcionales a sus intereses. Ellos pontifican sobre la libertad y los DDHH mientras son los primeros en pisotear estos
valores cuando se les antoja, tanto fuera como dentro de sus fronteras. Ellos
ejercen un control de calidad de las democracias cuando jamás cuestionan las distintas formas de monarquía que existen en
algunos países de Europa, Asia y África. Ellos quieren dar cátedra sobre la
democracia mientras el nivel de
participación en las elecciones nunca alcanza el 40 por ciento del padrón.
Un poco por desinterés y otro poco porque los comicios se realizan en días
laborables y la mayoría de los trabajadores no tienen justificada la
inasistencia. Muchos no votan para no
perder la paga. Ellos exigen democracia al resto de los países cuando son las grandes corporaciones económicas,
militares y de inteligencia las que gobiernan el país. Descubrir los
entresijos y falacias del discurso dominante es un indicio de que está
comenzando a perder su poder.
Los motivos del lobo
Grandes
dudas rondan esta novedad: ¿por qué tomó Obama esta decisión? ¿Cómo la
concretará, sabiendo que no tiene el
apoyo del Congreso para derogar el bloqueo? Si bien entre sus promesas de
campaña estaba la finalización de esta vergüenza internacional, ¿por qué esperó
hasta el final de su segundo mandato
para comenzar a concretarla? ¿Por convicciones o para conquistar un lugar en
la historia, además de ser el primer presidente negro de EEUU? ¿Para ofrecer una preciada presa al próximo
presidente o para demostrar al mundo su debilidad política? ¿De dónde
vienen las presiones, de la consolidación de la región, con la que busca
congraciarse o de las grandes empresas que ven en Cuba una gran posibilidad de satisfacer sus apetencias?
Y
a todo esto, ¿qué pensarán los ciudadanos norteamericanos de este asunto? No
los que vivieron con miedo y pasión los tiempos de la Guerra Fría, sino los que creen que eso es una competencia de heladeros. No los que fueron espectadores de Bahía de Cochinos, sino los que suponen
que con ese nombre se designa una playa
nudista o una película porno. No los que tomaron como una afrenta la
revolución socialista desarrollada a pocos kilómetros de la costa, sino los que no tienen idea de dónde queda.
Las nuevas generaciones, las que no
entienden qué amenaza significa esa pequeña isla para el gigante que
habitan, pueden revertir las relaciones de fuerza en el Congreso imperial. Quizá contribuyan a que su
presidente encuentre algún sentido al
Premio Nobel de la Paz que recibió al comienzo de su mandato.
Pero
estas improvisadas dudas no podrán opacar la
grandeza del evento. No tanto de Obama, sino de los principales
protagonistas de esta historia: el
pueblo cubano, que ha encontrado en su pacífica construcción de la igualdad la
principal arma contra el Imperio. Un aire de triunfo sobrevuela este
capítulo de nuestra historia que comenzó hace más de medio siglo. El triunfo de un pueblo por conquistar su
dignidad, a pesar del fétido aliento
que soplaba desde el Norte. La victoria de un Estado sobre intereses económicos
globales, lo colectivo sobre lo
individual, lo solidario sobre la mirada mezquina de la vida. Algunos temen
que los cubanos, que han resistido las más temibles amenazas, se rendirán a los
encantos del capitalismo. Seguramente, no. Tal vez comiencen a incorporar en
sus modestas vidas algunos goces novedosos, pero no se ahogarán en las salvajes aguas del consumo compulsivo.
Mientras
Barack Obama y Raúl Castro daban a conocer este avance de la diplomacia
vaticana, la capital entrerriana servía como escenario a la nueva Cumbre del
Mercosur. La noticia otorgó un nuevo color a la reunión de los mandatarios de
Uruguay, Brasil, Paraguay, Venezuela, Bolivia y Argentina. Incontenibles sonrisas se dibujaron en esos rostros protocolares.
Siempre tan entusiasta, CFK consideró que la decisión de Obama debía servir
como ejemplo para que Gran Bretaña se
siente a dialogar sobre la soberanía de Malvinas y el fin de la ocupación. Pero ese imperio, de tan viejo, está
completamente sordo. Lejos de acceder a los reclamos internacionales, decidió
instalar en las lejanas –para ellos- islas del Atlántico Sur un monumento en homenaje a Margaret
Tatcher, un indiscutible emblema de la soberbia colonial. Una provocación
agónica, un desafío pueril en un mundo que comienza a madurar. Un gesto de poder casi paródico del que
sabe que, a pesar de haber ganado una guerra, está a punto de ser derrotado.
La tercera década del nuevo siglo nos espera con un mundo diferente que empieza
a comprender cuáles han sido sus principales errores. Los pueblos de todas las latitudes ya están preparados para recibirlo y
comenzar, por fin, a disfrutarlo.
Muy buen artículo Gustavo, recomiendo ver "Balseros". Ficha: http://www.imdb.com/title/tt0321376/?ref_=fn_al_tt_1
ResponderBorrarGracias por el elogio. Abrazo enorme
BorrarExcelente artículo!!! Como siempre Gustavo,claro y contundente! Te diría q no solo a Obama;sino a Muchos los tiene Nevioshos(como diría Néstor K) "La Consolidación de la Región",la Firmeza de los "Gobernantes de Esta Patria Grande". Sí sí,q se pongan nerviosos nomás,porque los Proyectos d los Gob Populares,son los q la Gente Elige !!!
ResponderBorrarSi, creo que no sólo el establishment vernáculo está con sus nervios alterados. El poder real a nivel global también empieza a mirar con preocupación los movimientos que se están dando, sobre todo en la región que ha dado el puntapié inicial. Ja, que mundo nos espera. Abrazo enorme
BorrarAjá !!! Y un 2015 movidito, "movidito" Jajaja Abrazote Gustavo
BorrarExcelente tu informe permite discutir y opinar nos enseña
ResponderBorrarMuchas gracias. La idea es contribuir a nuestras conversaciones cotidianas, difundiendo y sintetizando las informaciones que a veces se nos escapan. Abrazo enorme
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