Desde
ahora, en la mitad del mundo hay una estatua que debería enorgullecernos. Sin
dudas, Néstor Kirchner es un hombre reciente que se convertirá en
prócer. La prohibición al uso del nombre del ex presidente que intentó la
diputada del PRO Laura Alonso no sólo cayó por el propio peso de su gorilismo, sino que terminó pisoteado por la decisión unánime de honrarlo como
héroe de la Patria Grande. Cuánto veneno habrá tragado la representante de
no se sabe qué. Y no sólo ella, sino muchos de los que no pueden disimular la repulsión
que les despierta el movimiento político creado por el santacruceño. Asco y desesperación, porque el fin de
ciclo tan deseado está cada vez más lejos. El pequeño país que piensan
desde el ombligo del mundo –que ya ni siquiera es la CABA, sino un canal de
televisión- no guarda relación con el
país de verdad que quiere continuar por este camino hasta la victoria
definitiva.
Tan
pequeño es su pensar que sus acciones son cada vez más diminutas. Como
opositores empedernidos, han decidido
estar en contra hasta de las iniciativas más cruciales. Así jamás llegarán
a tener ni una estatua de cera en el Museo del Horror. En el del Ridículo quizá,
si alguna vez a alguien se le ocurre inaugurar algo así. La diputada Elisa
Carrió será, seguramente, la primera figura en esa exposición. Ahora que se
habla de la posibilidad de que CFK sea candidata al Parlasur el próximo año, a
ella le dieron ganas. Tanto odio parece
amor, como dice el tango Rencor. O
el ex periodista Jorge Lanata, que en un medio de Miami aseguró que los crímenes de la dictadura tenían el aval de la mayoría
de los argentinos. Y, como si fuera el final de un culebrón, confesó que el
kirchnerismo logró unirlo al que siempre fue su competidor: Clarín.
Pero
un cantado candidato al Museo del Ridículo es el Jefe de Gobierno porteño,
Mauricio Macri, que no duda en decir
cualquier cosa, siempre que parezca una aguda
crítica hacia la administración K. En el marco de la presentación del
presidente del PRO Catamarca y después de pasear por las calles céntricas de su
capital, afirmó que a esa provincia “le
va a ir mejor cuando tenga el Paso de San Francisco. Si se conecta al Pacífico
va a tener un puerto más cerca para sacar sus productos y que haya más trabajo
para los catamarqueños”. Claro, nadie
le había avisado que ese paso tan importante fue inaugurado hace casi dos
décadas y que desde 2010 el Rally Dakar lo incluye en su recorrido. No está
obligado a saber todo, pero podría
callar sobre lo que no sabe, más aún cuando sus intenciones son sólo
malsanas. Y pensar que pretende
representarnos a todos y apenas debe conocer el Obelisco.
Más candidatos a la cera
El
Museo del Ridículo tendrá también a un grupo de periodistas del Grupo Clarín
que presentaron un recurso de amparo
para frenar la adecuación voluntaria a la Ley de SCA. Martín
Sabbatella, titular de la autoridad de aplicación, consideró que la demanda es “otro disparate orquestado por Magneto”. Ante
todo lo que se habla de la independencia del Poder Judicial, este disparate
no debería ser atendido por ningún juez, que están para cosas más
importantes que satisfacer los caprichos de un ricachón. Ya es grave que dos
abogados se hayan prestado a este juego. María Angélica Gelli, abogada del
Grupo y el radical Ricardo Gil Lavedra, que siempre aparece como custodio de la República, fueron los
autores del escrito que fundamenta el incumplimiento de una ley
votada con amplísima mayoría en el Congreso. De a poco, el predio se va
llenando de estatuas de cera y ya necesita una ampliación.
Pero
el Congreso también aporta lo suyo. No
sólo Laura Alonso se esfuerza para conquistar una estatua de cera. Muchos
de los que se opusieron a la creación de una comisión bicameral para investigar
la fuga de divisas orquestada por el HSBC argumentaron para la parodia y eso
habilita un espacio destacado en el escalafón. Por supuesto, además de haber dejado expuesta su cobardía
o connivencia con los empresarios más poderosos. Porque la comisión tiene
como objetivo indagar sobre una operatoria delictiva y dañosa para nuestra
economía, interrogando a los presuntos delincuentes en un plazo de 90 días. Los representantes del Pueblo enfrentando a
los integrantes del Círculo Rojo para hacer visible el latrocinio. Pero los
diputados de la oposición, tan preocupados por la corrupción política, quieren
dejar en manos de la corporación judicial una
estafa tan evidente para que se extravíe en laberintos burocráticos y acabe en
prescripción. Claro, para ellos la corrupción es un invento del
kirchnerismo y los privados son tiernos angelitos acosados por el autoritarismo revanchista de La Presidenta.
Y
esto no es una lucubración descabellada del Autor de Estos Apuntes, sino algo que se trasluce de los dichos que
los diputados vertieron en la sesión. Dos líneas tomaron los argumentos
opositores: la indagación acotada a 4040 cuentas y la cortina de humo para
tapar los estropicios de Cristina y sus
vándalos. Excusas para no meter sus
timoratas manos en la podredumbre que parecen defender. Porque no es una
lista de supermercado lo que se va a investigar sino datos concretos sobre estos ladrones aportados por el gobierno francés.
En cambio, las múltiples denuncias que se amplifican en los medios hegemónicos
y con cabida segura en algunos juzgados están
basadas más en fantasías domingueras que en documentación fehaciente.
El
diputado radical Ricardo Buryaile consideró que los objetivos de la comisión
son por demás de escuetos. “En la
economía globalizada que tenemos, uno de los mayores desafíos es indagar qué
sucede con la plata del narcotráfico, de la trata de personas y del tráfico de
armas –se envalentonó- El proyecto de
creación de esta comisión bicameral no
destina absolutamente ni un renglón a esto. Se circunscribe a 4040 cuentas
y a un banco”. ¿Le parece poco? Como aseguraron tanto Kicillof como
Etchegaray, ésta es la punta del iceberg.
Esto recién empieza y este diputado se preocupa por el Museo del Ridículo. El viejo truco de abarcar mucho para no
apretar nada.
Así,
jamás obtendrán un homenaje en serio. Néstor Kirchner, en pocos meses al frente
de la Unasur, escribió una historia para
siempre. “El, que llegó a gobernar la
Patria desde el sur, desde el fin del mundo casi, hoy está aquí en el centro
junto a ustedes”, expresó Cristina, en la inauguración de la nueva sede del
organismo regional. El anfitrión, Rafael Correa, anunció que “desde
aquí, la mitad del mundo, la Unasur se proyecta al mundo entero”. La
imagen de Kirchner, con su saco desabrochado, la corbata flameando al viento,
sus mocasines sencillos, su mano izquierda señalando al futuro y los pasos
largos con un caminar decidido, significa mucho más que un reconocimiento. Con una brújula así no nos podremos
extraviar jamás. Y esto es lo que advierten los candidatos del
establishment: eso que tanto detestan
parece ser imbatible y no porque la estatua sea de bronce, sino porque hay un
pueblo que la reconoce como propia. Y para llevar como bandera para el
resto del camino.
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