Así es. Podía utilizar muchas metáforas para hacer referencia a lo rápido que pasa el tiempo, pero gastaría este espacio plagándolo de obviedades. De cualquier modo, estos dos meses de Apuntes discontinuos han sido muy intensos. No es el primer blog que habilito, pero éste es el que me ha dado mayores satisfacciones, tanto personales como públicas. Y esto último puede parecer una exageración –y puede que lo sea- pero la cantidad de visitas y los comentarios recibidos indican que el número de lectores de este espacio excede el de mis familiares, amigos y conocidos. Más de 1700 visitas en dos meses es mucho más que los doscientos veinte y pico de goles metidos por Palermo en toda su carrera y un poco de autobombo tengo que hacer. Este apoyo que muchos han dado a este blog, los comentarios recibidos personalmente y a través de la web me alientan a seguir profundizando este espacio. Todos los que alguna vez han entrado para leer estos desprolijos apuntes merecen mi más profundo agradecimiento.
Empezó como una prueba, de casualidad, pero de a poco estos Apuntes discontinuos comenzaron a ganar autonomía y exigirme mayor dedicación. Al principio fue un acto personal, casi de terapia psicológica pero después se convirtió en un compromiso con la información, con la realidad y con el futuro. Apuntes discontinuos es una explosión de ideas que se acumulaban en mi cabeza y que luchaban por ver la luz, por imágenes que me desbordaban, por lecturas que me invitaban a tejer un entramado de sensaciones para compartir con alguien.
Los textos comenzaron a ser contenidos, breves, explícitos y acotados a un formato que desconocía. Tenía el prejuicio de que en la brevedad consistía el lenguaje de la web. Después me fui soltando y los párrafos comenzaron a dibujarse en el teclado sin encontrar límites. En varias ocasiones, tuve que publicar tres entradas sobre el mismo tema, como cuando abordé “Lo simbólico y lo material” o los remanentes de la visita de Beatriz Sarlo al programa 678. Hay textos que son memorables con “Jano, Victoria y Néstor juntos por un futuro”, sobre el relato de Victoria Montenegro, nieta recuperada o la “Crónica de un viernes agitado”, en el que comparo el acto de la CGT con la boda real. O “Populares, populistas y demagogos” en el que establezco las diferencias sobre las distintas formas de construir un gobierno democrático o “Una invasión de zonceras” en el que intento completar el manual de Aníbal Fernández. Tampoco me tengo que olvidar de uno de los textos más visitados, “El puro cuento de la fama”, en el que cuento los pormenores de ser el profesor del adolescente que le pegó a Messi. O el más reciente “Un Martín Fierro para Sergio”, sobre las metidas de uña de Schoklender en los “Sueños compartidos” de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
En algunas entradas abordé temas que lindan con aspectos teóricos de la comunicación, con una total falta de respeto hacia los estudiosos. En otras, esbocé alocadas lecturas de la realidad política y social como si fuera un experto. Estos apuntes son así: se completan con su consecución, se acumulan para conformar una visión más o menos incompleta de la realidad mediática, social, política.
Algo que demuestra este blog y muchos otros que circulan por el cíber-espacio es un inicio de ruptura con la masividad. Lo que había comenzado con la aparición del reproductor de VHS y la TV por cable, se agudiza con la irrupción de Internet y las redes sociales. Estas nuevas formas de generar y consumir información aportan horizontalidad a la comunicación, significan una verdadera democratización de los medios.
Puede ser una tendencia, una moda temporal o la construcción colectiva de un nuevo imaginario. Sea como sea, Apuntes discontinuos seguirá recorriendo las redes y difundiendo la mirada de un periodista libre y verdaderamente independiente y aportando para la conformación de un nuevo universo simbólico.
Querido Profe. Su Blog es muy bueno, consecuente, prudente y objetivo pero, como informático obsesivo, le ruego que vigile los atributos de la fuente de texto que usa. Por ahí sale negrita, por ahí no. Se que el editor de texto del blogger es bastante flaco pero le recomiendo seleccione todo el texto, cuando concluya de plasmarlo, y luego allí pinche "Negrita" o no. Besos.
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